México ha sido un país de contrastes desde la época colonial; ha
vivido una gran desigualdad social que sigue permeando en el tiempo, junto con
otros problemas que se derivan como el racismo, clasismo y la injusticia, estos
han perdurado con el paso de los siglos y, aunque hemos transitado por una
serie de luchas sociales a lo largo de más de doscientos años, seguimos
teniendo esta terrible herencia virreinal.
La desigualdad social en México está presente; se evidenció de una
manera brutal con la llegada de la pandemia por la COVID-19 en abril del 2020,
donde lamentablemente este mal se acrecentó. El CONEVAL (Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social) estimó un aumento de entre 8.9
a 9.8 millones de nuevos pobres, que se suman a los más de 61 millones pobres
anteriores al inicio de la contingencia.
Al desnudo quedaron las colosales desigualdades en áreas
fundamentales para la población como lo es el transporte, la alimentación,
salud y educación. Este último, el sector educativo, mostró una terrible
desigualdad, haciendo evidente la enorme brecha digital existente en esta
nación. Pero ¿qué es la brecha digital? Es aquella que conlleva la marginación
de amplios sectores sociales del acceso, uso y apropiación de los bienes y
servicios de las telecomunicaciones y las TIC que le permiten o no participar
en el desarrollo de la nueva sociedad que se construye (Alva, 2015).
En el momento en que las autoridades llamaron a la cuarentena, y sugirieron
que los que pudieran continuaran con sus
actividades de casa, desde mi perspectiva, tomó por sorpresa a la gran mayoría
del cuerpo magisterial y a los educandos que tuvieron que adecuarse a un nuevo
sistema, el cual no fue para nada sencillo.
Según datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía) publicados en el 2020 el 70.1% de la población de seis años o más en
México es usuaria de Internet, donde 20.1 millones de hogares (56.4% del total
nacional) disponen de conexión a Internet, el cual tiene distinta fuerza,
dependiendo tanto de la zona del país como del poder adquisitivo que se tenga.
Mientras algunos tenían la oportunidad de dar sus clases a través
de Zoom, Google Meet, Webex por mencionar las más populares o diseñar y subir
productos en diferentes plataformas como lo son Google Classroom, Moodle, entre
otras, existían aquellos que mandaban sus trabajos por grupos de WhatsApp y
Facebook.
Durante este año se evidenciaron problemas de distinta índole, por
una parte, la insuficiente banda ancha que se tiene de las compañías que
brindan Internet (en México siguen existiendo lugares donde aún no llegan estos
servicios); por otra parte, los elementos fundamentales de la educación
Docente-Alumno no tenían dispositivos para poder efectuar las clases; asimismo,
el estrés por la carga laboral-administrativa para los docentes y el exceso de
tarea en los alumnos.
Es claro que esta pandemia nos tomó por sorpresa a todos los
sectores de la población y, al igual, todas y todos fuimos aprendiendo sobre la
marcha. Al día en que me encuentro elaborando este texto, está iniciando la
vacunación de los trabajadores de la educación en Jalisco. Esperamos que pronto
podamos estar en nuestras escuelas.
Aunque nada volverá a ser igual, y no debe de serlo, puesto que
tenemos que tomar en cuenta los aprendizajes de este último año en el que ha
surgido una visión diferente tanto de nuestra práctica docente, como del
sistema educativo. Nosotros como docentes tenemos que ver como una herramienta
fundamental el uso de las TIC en nuestras clases, incorporándolas no solo en
tiempos de pandemia (esperando que pase bastante tiempo para la siguiente),
sino que sea costumbre su uso en las clases presenciales, donde nuestros
alumnos vayan creando habilidades y tengan un dominio en el uso de ellas, ya
que les servirán para su vida diaria.
Es imprescindible para el sistema acrecentar la cobertura de Internet
a lo largo del territorio nacional, proporcionar una mayor capacitación al
magisterio con empatía, a su vez, dar las herramientas en condiciones óptimas
para su uso. Trabajando en estos factores iremos por una ruta que busca acortar
la brecha digital, y, con ello, dar un paso para disminuir el gran y complejo
problema de la desigualdad social.
Recursos utilizados
INEGI, (2020), ESTADÍSTICAS
A PROPÓSITO DEL DÍA MUNDIAL DEL INTERNET (17 DE MAYO) DATOS NACIONALES,
Consultado el: 28 de abril del 2021, Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2020/eap_internet20.pdf
Alva,A. (2015), Los nuevos rostros de la desigualdad en el siglo
XXI: la brecha digital, Consultado el :
28 de abril del 2021, Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0185191815721380
Romero, R. (2020), Ser maestra o maestro en tiempos de pandemia,
Consultado el: 28 de abril del 2021, Disponible en: https://www.iisue.unam.mx/medios/educacion-futura-rosalina-romero-gonzaga-becaria-posdoctoral-iisue-879.pdf
Forbes Staff,(2021), 9.8
millones de nuevos pobres en México por pandemia: Coneval, Consultado el: 28 de
abril del 2021, Disponible en:https://www.forbes.com.mx/noticias-mexico-9-millones-pobreza-pandemia-coneval/